Una vez más, como todos los años por estas fechas, y tras presentar la edición del año 2019, nadie está contento con sus decisiones, unos porque no le han dado el reconocimiento a restaurantes que piensa que los merece y otros porque creen que hay otros que están sobrevalorados o que no deberían tener cabida en esa selección. Y digo yo, dónde esta la rareza del tema?. Todos los aficionados al futbol tienen su selección ideal, que seguro que no coincide con la del Mister y todo cinéfilo le daría más Oscars a su película favorita. Es normal que cuando hablamos de una selección subjetiva, en este caso de restaurantes, nadie se quede contento al 100 % y tengan la tentación de hacer cambios.
La Guía Roja, es justa y lo es porque respeta los criterios de sus inspectores y de las personas que colaboran en su confección, si no fuera así y se atendiera a las reclamaciones de críticos, foodies y demás personajes que habitamos el mundillo gastronómico, entonces si podríamos hablar de falta de rigor y seriedad. Zapatero a tu zapatos, reza el refrán, y eso es lo que hay que hacer no meterse a valorar lo que no nos corresponde, en primer lugar porque es público y notorio que en muchas ocasiones se le ha calentado la cabeza a determinados chefs adulándoles y afirmando que valen para tener estrella y que debería aumentar su número, con la frustración posterior que conlleva la falta de resultado final; y como segunda cuestión, no en pocas ocasiones esas valoraciones ocultan intereses económicos o personales que desvirtúan la objetividad y solo intentan favorece al amigo o al cliente de servicios variados.
Es cierto, al menos para mi, que el origen francés de la Guía penaliza a nuestro territorio, no vamos a olvidar la rivalidad histórica que ha existido y existe hoy en día entre ambos países, pero no también veo claro, que en algunas listas españolas, en muchos casos no hay un rigor objetivo y las menciones que se otorgan responden a variables que se salen del plato y van mucho más allá del resultado de sus fogones. Como gastronauta amateur, no han sido raros los casos en que he visitado alguna Casa “de campanillas” según los criterios patrios y he salido algo más que decepcionado en mi subjetividad, sin entender que solo valorando las viandas no se merecerían tanto bombo y platillo.
Lo dicho, Viva la Madre que la parió, aunque tenga acento extranjero.
Picoteo del BuenoBuscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa. 5 artículos publicados |