Más Sorpresas en Masterchef Junior

Con una cabecera mucho más divertida que la edición de adultos, MasterChef Junior volvió a nuestros televisores el día de Navidad para sorprendernos. Aunque el cine fue el gran protagonista de los televisores, MasterChef Junior registró un 14,8% de share. Aunque el talent show perdió un 1,1% se sigue manteniendo con fuerza en la parrilla televisiva y permitió a TVE ser la segunda opción en el prime time, por encima de Telecinco.

Esta noche tan navideña comenzó con el Reto Creativo. Esta vez tendrían que preparar un desayuno y escoger sus alimentos de una cama gigante que contaba con un ingrediente secreto: David Janer, el conocido Aguila Roja(TVE). Al ponerse el ranking a cero, todos contaban con las mismas posibilidades de ser los primeros, así que los minichefs dejaron volar su imaginación y prepararon desayunos originales y creativos. El mejor plató fue el de Juan, con sus apetitosos Huevos escalfados. Le siguieron Ana Luna y Aimar, que aún arriesgando en su tartaleta de frutas, habiéndosele caído al suelo y elaborando un chupito de naranja, consiguió formar parte del ranking de los mejores.

Nuevamente abandonaron el plató para viajar hasta Teruel. Viajaron en el tiempo hasta la era en que los Dinosaurios gobernaban la tierra. Adentrándose en Dinópolis estos divertidos y expertos chefs en diminuto tuvieron que cocinar para unos comensales muy exigentes, sus profesores. Juan y Ana Luna al mando se encargaron de poner orden en sus respectivos equipos y Aimar volvió a poner el toque de humor en la prueba haciendo de reportero. El equipo rojo con su Guiso colorado conquistó a los profesores, mientras que el jurado se decantó por la Tortilla prehistórica del equipo azúl y se convirtieron en los ganadores de la prueba de exteriores.

MasterChef Junior volvió a plató para las pruebas de habilidad. Esta vez consistían en exprimir el máximo de naranjas en siete minutos. Los tres mejores fueron Cristina (3 puntos), Juan (2 puntos) y Mario (1 punto). Llego la hora del siguiente reto y la sorpresa del actor Eduardo Casanova (serie Aída). Los minichefs debían montar nata rápidamente para vertérsela en la cabeza a Pepe, Samantha y Jordi. Mario fue el primero en poner su bol en la cabeza del jurado y fue quien dio comienzo a una guerra de nata. Todo el plató se convirtió en una gran batalla campal.

Pero llegó el momento de ponerse un poquito serios, la hora de la prueba de eliminación. Ya que es la parte más amarga del programa trataron la parte más dulce de la cocina, la repostería. Bajo la ya famosa Caja Misteriosa se encontraban los ingredientes con los que trabajarían: la tarta de brownie, pasta fondant, manga pastelera y los utensilios necesarios para trabajar la masa. Christian Escribà fue el maestro repostero invitado, premiado por la Academia Española de Gastronomía y miembro de la Association Culinaire de France. 

Los aspirantes se pusieron manos a la obra y crearon tartas que parecían obras de arte. Mario realizó el trabajo más metódico, el de Cristina fue de los más originales y Juan de los más complejos. Pero el encargado de darle el toque rockero fue Aimar con su oso de fondant que llevaba cresta y guitarra. Alba, Dani, Jacobo y María,  tras el reparto de puntos fueron los nuevos minichefs  que colgaron sus delantales.