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Chers tous,
Para esta semana tenía preparado un artículo alrededor del pollo, porque la cocina francesa no es sólo dulce. Claro está. Pero llevo toda la semana soñando con cosas dulces. Que si una noche estoy haciendo un helado de nata, que si otra noche hago galletas…esta última noche me encontraba ante una fuente llena de azúcar moreno….¡Aaaaah, Bastaaa! ¡Tengo que exorcizar el dulce de mi cabeza! ¡El universo me está pidiendo agritos que os dé más dulce!
Dicho y hecho. Os doy un anticipo navideño. El otro día fue mi cumpleaños y como soy yo la que hace las tartas en casa (hace años que no compro tarta de cumpleaños), en vez de hacerme una convencional y redonda me regalé un tronco de Navidad, en vista claro, a hacer un artículo... ¡ehem!…Con esto del blog me encuentro ahora haciéndole fotos a todo lo que cocino y que sea francés, vaya.
¿Quién la Inventó? Un pastelero francés (como no podía ser menos) en 1945, pero no he sido capaz de averiguar quién, ni en que región en concreto.
Allá por el siglo XII ya se regalaban troncos de los de verdad por Navidad.
La bendición del tronco reunía alrededor del hogar a todos sus habitantes, incluidos el servicio doméstico y las mascotas. Empezó siendo una costumbre pagana o más bien un impuesto, ya que en Navidad los vasallos regalaban al Señor el tronco más gordo; en Pascua, huevos o cordero; para la Asunción, trigo; y para la fiesta de Todos los Santos, vino o aceite.
Esta costumbre existía sobre todo en los países del norte de Europa donde el calor del fuego era un bien muy preciado. Era la fiesta del fuego, la Licht en antiguo germano, el Yul Log de los druidas, finalmente Lux (en latín), Lucis o Santa Lucía cada 13 de diciembre para los cristianos.
El 25 de diciembre se ponía en la chimenea el tronco más gordo que se pudiera encontrar, a veces incluso la cepa del árbol. Qué locura. Este tronco se llamaba “tréfouet” o “Tréfeu” del latín tres foci (tres fuegos) porque debía durar los tres días de fiesta. Era, además, un día en que se dejaba la puerta abierta a todos los necesitados. Se les hacía un hueco en el hogar y se les ofrecía comida y vino o sidra en abundancia -daos cuenta de que antiguamente el hogar de la chimenea era muy grande, a su alrededor podía cobijarse toda la familia-. Esperaban juntos para acudir a la misa del Gallo.
En el siglo XIX, con la aparición de las cocinas de hierro, tomó un matiz decorativo. Se situaba un pequeño tronco de madera en medio de la mesa familiar con unas velas encendidas sobre él.
Por extensión, el tronco de árbol se llamó la Coque, que dio nombre a un pastelillo alargado que se daba a los niños por Navidad ya entrados en el siglo XX
Bueno!... Hay que ver las vueltas que da un brazo de gitano, casi tan nómada como ellos.
Volvamos al dulce que nos ocupa.
El tronco de Navidad o “Bûche de Noël ”. Es la primera vez que lo hago y la verdad que estoy muy orgullosa del resultado. Es básicamente una plancha de bizcocho o “génoise” y “crème au beurre” crema de mantequilla. A este brazo de gitano se le cortan los extremos que se usan con fin decorativo para simular el muñón de una rama cortada.
Bûche de Noël de chocolate y moka
Ingredientes (para no sé cuántas personas, depende de cuán golosas sean)
Para la plancha de bizcocho:
100 g de azúcar
100 g de harina
5 huevos
1 c. de caf. de esencia de vainilla
Para la crema de mantequilla:
150 g de azúcar
3 a 5 cl de agua
3 yemas de huevo
250 g de mantequilla
100 g de chocolate
1 c. de caf. colmada de café liofilizado echo una cremita con unas gotas de agua, es para que no se quede con un aspecto granuloso que no dejará una crema fina.
Para decorar:
Un poco de chocolate blanco fundido
Un poco de chocolate de cobertura azucarado y fundido.
Elaboración del bizcocho
De los 5 huevos, separar 4 yemas de huevo que mezclaremos con el azúcar y la vainilla. Cuando esta cremoso, añadimos 1 huevo entero (el 5º que nos quedó). Incorporar la harina poco a poco. Finalmente, se añaden las claras que habremos batido a punto de nieve, con movimientos envolventes
Se extiende el aparejo sobre una hoja de papel sulfurizado (papel de horno) untado de mantequilla. Hornear 10 mn a 200ºC. ( no sobrepasar el tiempo de horneado, si no, el bizcocho se resquebraja al enrollarlo)
Una vez hecho de vuelca sobre un paño de cocina como si de una tortilla de patata se tratara. Lo enrollamos sobre sí mismo y lo dejamos enfriar. Es muy importante asegurarse que el bizcocho esta frío cuando echemos la crema de moka porque si no la mantequilla se derrite… ¡jeje, eso fue lo que me pasó!
Elaboración de la crema de mantequilla
Hacer un jarabe espeso con el azúcar y el agua. Verter lentamente el jarabe sobre las yemas de huevo ligeramente batidas al principio. Batir enérgicamente con unas varillas hasta que la mezcla se enfríe. Tened cuidado de no dejar hervir demasiado el almíbar por que, si no, al contacto de las yemas frías puede hacerse una pelota de difícil disolución… ¡¡jajaja… adivinad que fue lo que me pasó!!
Acto seguido, se incorpora la mantequilla en pomada (reblandecida a temperatura ambiente, aunque yo hago trampa y lo caliento en el microondas a 300W 1mn30s). Cuidado: aquí también es importante que la mantequilla y los huevos batidos estén a la misma temperatura, por eso la mantequilla a temperatura ambiente
Se bate hasta obtener una crema lisa y brillante. Separar la crema resultante en dos fuentes y aromatizar con el café la una, con el chocolate fundido con unas gotas de agua, la otra. Dejar enfriar en el frigorífico.
Montaje
Untar la crema de moka en la plancha de bizcocho. Enrollar con cuidado
Cortar las extremidades que servirán para los “nudos” del tronco
Cubrir el tronco con la crema de chocolate y hacer “estrías” con las puntas de un tenedor
Colocar un “nudo” y untarlo también con la crema de mantequilla al chocolate y cubrir el muñón con ese poquito de chocolate azucarado fundido
Simular los anillos del tronco con el chocolate blanco fundido con la ayuda de una pequeña manga pastelera improvisada con una bolsita de plástico a la que le hice un corte muy pequeño. Viendo la foto os haréis una idea de lo que digo
Ma touche
Se me ha ocurrido repetir este postre con un relleno de naranja y limón. Se elaborará el jarabe aromatizándolo con el zumo de una agruma y su zest. ¡Ya os contaré!
Bon Appétit!
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Pedro Manuel Collado CruzLa cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente 1 receta publicada |