Poco se sabe del pollo asado, que parece el hermano pequeño de las grandes carnes y no acaba de apreciarse realmente. Pero lo cierto es que el pollo asado es un manjar al alcance de todos. Pero como no todos los pollos asados son iguales, hoy destacamos la receta del restaurante Kip, de Madrid, el pollokip, que significa ‘pollo’ en holandés.
Aquí las aves se marinan de una forma especial y se cocinan en parrilla de carbón abiertos por la mitad, como se suele hacer en otros países como Portugal. El beneficio de hacerlo es que están más crujientes por fuera, jugosos por dentro y con todo el sabor de la brasa.
Kip ofrece unas salsas para acompañar al pollo asado para que esté mucho más gustoso. Encontramos las salsas de mantequilla al limón, mojo verde, chimichurri y piripiri picante suave o fuerte. Y las guarniciones para acompañar también son importantes: preparación casera y los ingredientes naturales y saludables. Desde patatas fritas chip, frescas, recién hechas y muy crujientes a arroz, frijoles (o los dos combinados), pimientos asados, obviamente al carbón, cuscús con un toque de aceite y cúrcuma y ensalada verde.
Los pollos se venden enteros o por mitades aunque también cuentan con un menú de medio pollo, con dos guarniciones y una bebida. Junto a la estrella de la casa, en breve llegarán a la parrilla unas espectaculares costillas y chorizos que también darán que hablar. El postre también es importante. Hay trufas de chocolate o coco caseras o los tradicionales brigadeiros y beinjinho.
El asador se encuentra en el barrio de Salamanca, en un coqueto local cuya estética nos traslada a un ‘gallinero campestre’. Pues hay azulejos hexagonales, telas metálicas, maíz en los floreros… se pueden comer allí o llevarse donde uno quiera. En Kip otra ventaja es que todo se elabora en casa y de la forma más natural. Todos los productos de la carta son aptos para celíacos, a excepción del cuscús.