Micaela Flores Amaya nació en Marsella en 1938 a donde habían emigrado sus padres en busca de trabajo. Con apenas un año se instalaron en Barcelona, en unas chabolas cercanas a Montjuic. Bailaba descalza por esos barrios hasta que bajó a la zona de las Ramblas y actuaba en los bares de la calle de Escudillers o Ca Rosita. No sabía leer ni escribir y contaba los días de la semana con los dedos de las manos.
En el verano de 1953 actuaba en un tablao llamado El Cortijo, lo que cambió su vida. Allí la conoció el pintor Paco Rebés quien se convirtió en su protector. Y comenzó a llevarla a actuar a locales turísticos de la Costa Brava. Le presentó a un personaje bastante curioso, Alberto Puig Palau, millonario de gran cultura. Fue el que inspiró a Joan Manuel Serrat su canción “Tío Alberto”.
Puig invitaba a su finca en Palamós a intelectuales y artistas. Y allí la llevó un día Rebés a La Chunga, apodo que recibió y que en caló significa que era de breve estatura. Su bailé fascinó al mecenas, que se comprometió a ayudarla. Le recomendó a Pastora Imperio, que tenía dos tablaos, uno en la Costa Brava y otro en Madrid, ambos con el nombre de “La Pañoleta”.
La Chunga actuó en el Liceo barcelonés. Y en el restaurante Maxim´s de París, donde París Match le dedicó un amplio reportaje. Había cruzado el umbral de la popularidad. Pablo Picasso la vio actuar y se entusiasmó con su baile. Y otros representantes destacados del arte y la cultura también se sintieron atraídos. Jean Cocteau, Rafael Alberti o Salvador Dalí entre ellos.
El pintor catalán la invitó a su casa de Port Lligat. Le preparó un lienzo blanco y unos tubos de pintura que vertió. Sonaron los acordes de la guitarra y Dalí le pidió que bailara sobre el mismo. El resultado fue un cuadro pintado con los pies por Micaela. Podemos ver este testimonio gráfico.
En una de las fiestas en la finca de Palamós estaba Ava Gadner, que también se sintió atrapada por su baile y le proporcionó recomendaciones para obtener contratos en Las Vegas e, incluso Hollywood. Apareció en algunas películas. Fue entrevistada en el famoso programa de Ed Sullivan.
El lienzo pintado bailando delante de Dalí fue el inicio de una faceta importante en su vida, la pintura. Incluso el mismo Picasso hizo comentarios muy favorables. Acompañamos un testimonio gráfico. Expuso en bastantes ciudades. En una Aste Nagusia en Bilbao tuve la ocasión de pasar unas horas con ella en el hotel en que lo hacía.
En 1998 organicé dos homenajes a Carmen Amaya con motivo del 35 aniversario de su fallecimiento. Y en ambos participó de forma efectiva.
El de Madrid se celebró en el Centro Cultural de La Villa, cuyo director, Antonio Guirau prestó una gran colaboración. Fue presidido por Pilar López. E intervinieron Nati Mistral, Juan Luis Galiardo, Josép María Flotats y José María Pou leyendo textos sobre La Capitana, además de Lia Uyá, que estuvo, junto a su marido Ángel, en su compañía en Estados Unidos y la propia Chunga.
El segundo tuvo lugar unos días después en Santander. Nos desplazamos desde Madrid Micaela, Lia Uyá, Alejandro Colubi , presidente de los empresarios teatrales de Madrid y quien esto firma; discurrió en tres escenarios diferentes. El primero fue un acto protocolario en el Ayuntamiento, presidido por Gonzalo Piñeiro, que en todo momento prestó una gran ayuda, y al que acudió una gran representación de los medios de comunicación.
El segundo escenario fue el cementerio de Ciriego, en donde descansan los restos de Carmen Amaya. Tuve que explicarle que no aparece el nombre de su prima ya que los familiares directos de su marido se negaron a que así fuese. También le conté que recibí, días antes de este homenaje en la capital cántabra, una llamada telefónica de un representante de los Agüero para tratar de impedir el acto del cementerio. Fue un acto solemne, con responso oficiado por un sacerdote.
Desde allí nos desplazamos al restaurante El Riojano para celebrar un almuerzo. Camino al mismo La Chunga hizo parar el coche frente a la Administración de lotería número 13, para comprar unos décimos. No nos tocó
En el almuerzo, al igual que en el cementerio, estuvieron, además de los representantes del Ayuntamiento, y quienes nos desplazamos desde Madrid, la destacada artista cántabra Gloria Torner, que había pintado el cartel del homenaje, Indalecio Sobrino, presidente de los hosteleros santanderinos, y también pintor , y Antonio Merino.
Una reproducción del cartel es la que abre el libro de firmas del homenaje. En el mismo, y enfrentado al de nuestra bailaora desaparecida está el del compositor Tomás Marco, como vemos en la fotografía adjunta.
NO OS PERDÁIS EL SIGUIENTE RELATO. LUIS LEZAMA. CURA, PERIODISTA, HOSTELERO.....Y MÁS (1)