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José Luis Jiménez nos cuenta como se reunía la sociedad, celebritis alrededor de las mesas

RELATOS SABROSOS, una visión muy particular de la Historia Gastronómica (Cap.64)

José Luis Jiménez

La presencia de España en la Feria Mundial de Nueva York (1964-65) hay que enmarcarla en un contexto que perfectamente se podría considerar “histórico”. Especialmente en lo que se refiera a la economía. Pero que, a su vez, sirvió para cambiar la percepción de España de cara al mundo y en la que el Pabellón español en esta Feria fue un altavoz y una imagen imprescindibles.

  El milagro económico español fue el nombre dado al periodo de crecimiento económico acelerado ocurrido en España entre 1959 y 1973. Cuyo origen es el Plan de Estabilización de 1959. La economía española creció a una media aproximada del 7% anual, la segunda más alta del mundo, solo por detrás de Japón. Este crecimiento acabó transformando radicalmente la estructura social española.

  Y casi en ese comienzo llega la Feria Mundial. Que se realice en Nueva York es, para España, una oportunidad inmejorable en muchos sentidos. Pero eso hay que manejarlo de forma adecuada. Y aquí entra el papel fundamental de José María Castiella.

  Fue ministro de Asuntos Exteriores (1957-69). Antes de su nombramiento había sido embajador ante la Santa Sede, con una destacada actuación.

  Florentino Portero define así su trayectoria: “Su legado es el de la incorporación plena de España al proceso de integración europeo. Representa la madurez de la política exterior española. Su nombre está intrínsecamente unido a la acción exterior de España tras la Segunda Guerra Mundial, una España que vuelve a sentir la atracción europea y que se enfrenta al reto de la modernización”

  Su magnífica relación con el Gobierno de los Estados Unidos es muy importante. Invitó al presidente Eisenhower a visitar España. Quien aterrizó el 21 de diciembre de 1959. Era la primera visita de un presidente norteamericano a España.  Junto con Franco, en un coche descapotable, se paseó por las principales calles de Madrid. Presencié el paso de la comitiva en la calle Princesa. Aquello estaba abarrotado.

  Mantuvo muy buena relación con Kennedy, que la continuó con Johnson. Momento en que llega la Feria. Era una ocasión que había que aprovechar, y vaya que se aprovechó. Ademásocurrió algo inesperado, la Unión Soviética se retira. Y el espacio lo contrata España. Una situación privilegiada sobre la que se construirá un Pabellón de 8.500 metros cuadrados.

  Se diseñó con un conjunto de patios y pabellones interconectados, que permitiría una circulación fluida, y con guiños a nuestra tradición arquitectónica mediterránea, con patios interiores. Tenía dos pisos y contaba con escaleras mecánicas. Se construyó un teatro con capacidad para 900 plazas, que fue muy bien aprovechado como veremos en próximos capítulos. El salón de exposiciones permanente acogió obras de nuestros grandes pintores.

  Y comienza la estrategia de lo que iba a ser una “producción mediática meticulosamente orquestada para seducir a millones”, como se ha escrito hace muy poco tiempo. Después de vencer algunas reticencias interiores se pone en marcha la maquinaria. Lo primero, y hay muy poco tiempo, convocar concurso para construir el Pabellón.

  Resulta ganador el proyecto presentado por el arquitecto Javier Carvajal.  Recibió no solo parabienes como el de la revista Life, también premios internacionales. Ya está el  continente. Ahora falta el contenido. Y no se deja cabo por atar. Al frente se sitúa el que será Comisario General, Miguel García de Sáez.

  Se van presentando en Madrid todos los proyectos. El 11 de noviembre de 1963 se inaugura una exposición presidida por el Príncipe Juan Carlos con Sofía de Grecia. El 30 de diciembre los trabajos para decoración. Obra pictórica (panel) de Joaquín Vaquero Turcios. La estatua de Isabel la Católica de José Luis Sánchez o la de Fray Junípero Serra, de Pablo Serrano.

Una de las actividades que tendrán lugar en el Pabellón será el desfile de moda española. Previamente, en Madrid se hace un desfile “depresentación”, con abrigos el 9 de marzo de 1964. Y se despedirá oficialmente a la embajada de la moda en el aeropuerto de Barajas el 4 de mayo.

  Los visitantes podían contemplar un amplio panorama de lo que España podía ofrecer: arte, industria textil, historia, folklore, literatura, juguetes, tradiciones….

  La gastronomía tuvo un papel importante,  como en próximos capítulos especificaré. Pero no quiero dejar de señalar ahora un detalle importante, por lo que significó de imagen para el Pabellón. La primera dama acudió a almorzar a uno de los restaurantes. Y el New York Times recogió sus impresiones. Comentó muy favorablemente la atención y destacó el gazpacho y la paella.

  Para no dejar el entorno familiar. El Presidente Lyndon B. Johnson declaró:” España puede estar orgullosa de lo que ha realizado en esta Feria”

 

NO OS PERDÁIS EL SIGUIENTE RELATO. EL PABELLÓN DE ESPAÑA EN LA FERIA MUNDIAL DE NUEVA YORK 1964-1965 (3). “LA JOYA DE LA FERIA” (REVISTA LIFE)

  


AUTOR DESTACADO

Pedro

La cocina para mi es producto bien tratado sin enmascarar sus sabores, cocina de verdad de antaño con un toque diferente

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